Derek Penny

Al iniciar mi formación como artista gráfico, reconocí que mis creaciones siempre estaban atadas a una forma física, generando así una manifestación propia del concepto de realidad que partió de la alteración como proceso mental. Siempre presento este cuestionamiento hacia la ficción, que nace y madura, si acaso puede o no ser real. Así sean personajes, sucesos o lugar
la formula siempre es la misma, una transición de lo que fueron estos a lo que podrían ser; encontrando, en medio, esta chispa que llamo “sátira” y que me permite concederles una “realidad”. Es con ésta fórmula que manejo
a los personajes, dándoles una razón o hasta un contexto usando esta sátira como eje central. Cuando trabajo una idea siempre considerando importante otorgarle valores orgánicos. Con esto atribuyo a que se encuentre acorde a ciertos factores naturales y sometidos a leyes físicas, en otras palabras someterlo en mi propia realidad. La realidad es convencional y a la vez subjetiva, pero es determinado por nosotros y nuestra concepción de lo que no es ficticio. El trabajo entre la idea y la ficción es vital para que se manifieste y se transforme en una obra. La caricatura en esencia me permite alterar la realidad acorde a mis ideas, no existe límite para la estética ni para la física natural de los personajes, escenarios u objetos graficados. Siempre cuestionando el
ámbito psicológico y social de lo cotidiano pero usando la parodia y la sátira
como herramientas.

Concentrando mis ideas dentro lo real como un aspecto convencional, mi proceso tiende a buscar una materialidad física que, o me la puede brindar la caricatura por su paródica manera de plantear las cosas, o por el montaje digital. Entre mi proceso de creación siempre intento incorporar las técnicas digitales, como el Adobe Photoshop. No existe límite para la alteración de la
realidad en mi obra, todo puede ser lo que sea, pero siempre en consideración
de que toda creación tiene un propósito natural.